Yakarta, 23 dic (PL) Al menos 175 personas murieron, más de 700 sufrieron lesiones de diversa gravedad y medio centenar permanecen desaparecidas en Indonesia al golpear anoche un tsunami las costas de las islas de Java y Sumatra.
Sismólogos locales señalaron hoy como causa de la oleada un corrimiento del suelo submarino en el estrecho de Sonda, que separa a las dos ínsulas, provocado por la actividad del volcán Anak Krakatoa.
Anoche el monte expulsó magma, rocas y una columna de humo a más de medio kilómetro de altura y se cree que el vacío creado por esa masa sólida y otras anteriores, causó el tsunami, que no fue avisado por el sistema de alarmas y sorprendió a muchas personas en el litoral.
A la sorpresa contribuyó que, dada la naturaleza del fenómeno, los sismógrafos no registraron movimientos preocupantes de la corteza terrestre, la primera señal de un eventual tsunami.
Se calcula que apenas pasaron 20 o 25 minutos desde la gestación de las olas, cuyas crestas alcanzaron hasta dos metros, hasta el momento en que estas impactaron la costa y penetraron unos 20 metros tierra adentro.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho, indicó que las víctimas mortales y los heridos aún podrían aumentar cuando los rescatistas peinen con más detenimiento las áreas golpeadas.
El tsunami también destruyó viviendas y edificios situados en la línea costera y arrastró autos, árboles y disímiles objetos flotantes.
Los servicios de emergencia se valen de maquinaria pesada para remover los escombros, de donde ya sacaron a varios supervivientes.
En septiembre último, un sismo de magnitud 7,5 en la zona central de la isla de Célebes generó un tsunami que mató a más de dos mil personas.
Pero el peor desastre de esa naturaleza en Indonesia ocurrió en 2004, cuando un terremoto de 9,3 grados Richter frente a la isla Sumatra causó un tsunami que dejó 220 mil muertos, la mayoría en ese archipiélago del sudeste asiático.
Este reposa sobre el Anillo de Fuego del Pacífico, que al concentrar algunas de las zonas de subducción más importantes del planeta, lo convierte en escenario de frecuentes y violentos fenómenos sísmicos y vulcanológicos.
Sus dimensiones son tales, que afecta a países tan cercanos a Indonesia, como Malasia, Timor Oriental, Brunéi, Singapur, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tonga, Samoa, Tuvalu y Nueva Zelanda, hasta otros tan lejanos como Estados Unidos y los centro y suramericanos con costas al océano Pacífico.